De guardia, buscando la paz
A veces, las conversaciones más inesperadas surgen en medio de la vida cotidiana. Eso es lo que ocurrió en las calles de Chichigalpa, Nicaragua.
Allí, algunos de nuestros socios locales conocieron a Ramón, un guardia de seguridad comunitario de 57 años. Curioso, les preguntó qué estaban repartiendo mientras iban de puerta en puerta.
Cuando le dijeron que estaban compartiendo el evangelio, se mostró reacio a escuchar. Pero a medida que la conversación continuaba, su actitud cambió. Se volvió más receptivo y escuchó con atención mientras compartían el mensaje de Jesús a través de la revista Esperanza. Le explicaron que la verdadera paz solo se encuentra en Cristo.
Sus palabras conmovieron a Ramón y lo llevaron a abrirse y hablar sobre su propia vida. Compartió que su entorno familiar estaba lleno de problemas y que el desánimo lo había abrumado. Con humildad, pidió oración por él y por su familia.
Allí mismo, oraron por él, pidiendo a Dios que trajera paz a su hogar y fortaleza a su corazón. Ramón regresó a su puesto, pero algo había cambiado.
Días más tarde, cuando el equipo lo volvió a ver, su rostro reflejaba una historia diferente. Sonriendo, compartió que ahora se sentía alegre y feliz, «Gracias a Dios».
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