Harold, un participante sueco de Go Trip de mediana edad, caminaba por las calles de Santigo, Chile, con una pesada pila de coloridas revistas Esperanza metidas en su maletín de cuero.
Al acercarse a la orilla de la ciudad, vio a un hombre sentado en un banco. Se sentó y se presentó humildemente.
Cuando Harold alargó la mano y estrechó la de su nuevo amigo, no pudo evitar notar cómo temblaba. Y al mirar a los ojos del hombre, vio que estaban inyectados en sangre. Fue entonces cuando descubrió que Héctor había luchado contra la adicción mientras sufría años de dolor crónico tras un grave accidente de coche.
Harold empezó a rezar por Héctor, y no tardaron en enjugarse ambos las lágrimas de los ojos. Tras una pausa, Harold le preguntó si debían seguir rezando juntos.
Héctor respondió: "No, debes de estar demasiado ocupado".
Harold le corrigió rápidamente: "¡Dios nunca está demasiado ocupado para ti, y yo tampoco!"
Antes de separarse, Harold anotó una dirección y señaló a Héctor la iglesia local con la que el Equipo GO se había asociado. Harold describió la iglesia como un lugar donde la gente se dedica tiempo los unos a los otros y se preocupan intencionadamente los unos por los otros, como hace Cristo.
Héctor sonrió: "¡Mañana iré allí!"
Esa misma semana, Harold reflexionó sobre la experiencia explicando: "Eso es lo que habría hecho Jesús si hubiera estado en Santiago. Y creo que fue una bendición tanto para Héctor como para mí. Uno de los puntos fuertes de este método es que cuando nos vayamos de Chile dentro de unos días, nos iremos con la sensación segura de que la iglesia seguirá cuidando de Héctor. Nos vamos sabiendo que lo que se plantó aquí continuará con las iglesias locales. Creo que es una forma maravillosa de trabajar".