Los evangelistas voluntarios de la Iglesia Generación de Fe en Chile tuvieron un tiempo glorioso compartiendo el evangelio usando la revista Esperanza en el hospital clínico de Santiago.
Fue un momento muy emotivo para el equipo. Tras dos años de encierro, los voluntarios recibieron luz verde para predicar y orar con los pacientes. Por fin se les permitió entrar de nuevo en el hospital, equipados con el poder del evangelio. Y la vida de una mujer llamada Ximena cambió para siempre gracias a ello.
Ximena estaba ocupada detrás de una puerta cerrada realizando su trabajo de conserje. Uno de los voluntarios se fijó en ella a través de la ventana tintada. Cuando el grupo se acercó, pareció sorprendida.
"Soy el tipo de persona que la gente suele pasar por alto... la gente no suele verme como alguien importante", confesó Ximena a los voluntarios.
El equipo le preguntó si quería que rezaran por ella, y Ximena abrió su corazón. Contó que su familia se estaba desmoronando. Su hermano había intentado quitarse la vida unos días antes, y desde que empezó la pandemia de COVID-19, ella había sentido que su propia vida no tenía importancia.
¡Pero Dios tenía planeado algo transformador para ella en aquel momento! Mientras Ximena hojeaba la revista Esperanza, se le llenaron los ojos de lágrimas. Lo que leía la hacía sentirse segura y amada. No lloraba lágrimas de dolor, ¡sino lágrimas de esperanza! Por fin conocía el amor de Dios y comprendía que Dios tenía un propósito para su vida.
"¡Voy a guardar y atesorar la revista Esperanza!", exclamó.
La vida de Ximena se salvó gracias al poder del Evangelio. Alabémosle juntos y démosle gracias por salvar la vida de Ximena.
Por favor, ora por Ximena y por este equipo de voluntarios de la iglesia chilena. ¡Que sigan saliendo y compartiendo la verdad del evangelio con su comunidad!
—Alaina (Coordinadora de Crecimiento Internacional, Parafraseada)