Hay algunas palabras que nunca podrás dejar de oír:

Cáncer.

Terminal.

Paralizado.

El tratamiento no funciona.

Hicimos todo lo que pudimos.

Una cosa es estar en el extremo receptor de estas palabras. Otra es ser el que está sentado junto al receptor, intentando digerir. Intentando escuchar y tomar notas. Intentando no pensar en lo fácil que sería marcharse sin más. Ser cuidador no es algo que todo el mundo pueda soportar, ni siquiera en países con buena atención médica y apoyo.

Esto es algo que el pastor Anthony, uno de nuestros pastores asociados en Kenia, aprendió cuando compartió el Evangelio y un ejemplar de la Palabra de Dios de ShareWord Global con un hombre llamado Nadeem*.

Nadeem tenía paralizado un lado del cuerpo. Su mujer, incapaz de soportar el estrés de ser una cuidadora, le abandonó en su momento de necesidad. No había nadie que cuidara de él. Nadie que le mostrara compasión. Su comunidad de compañeros musulmanes pensó que su discapacidad era el resultado de una maldición. Le dejaron morir. Incluso los líderes religiosos no querían saber nada de aquel hombre.

El pastor Anthony sabía que Nadeem necesitaba conocer el amor de Jesús. Sin dudarlo, el pastor Anthony acogió a Nadeem, lo bañó y le limpió la ropa. Sorprendido, Nadeem dijo: "Nunca he visto a nadie, ni siquiera a otros pastores cristianos, hacer esto".

Desde entonces, el pastor Anthony se asegura de visitar regularmente a su nuevo amigo.

"Me alegro mucho de que vengas a visitarme. Tengo miedo. Cuando tú no me visitas, lo hace Satanás", dijo Nadeem.

Su historia de abandono y falta de amor seguía creando miedo en su corazón, pero el pastor Anthony compartió la verdadera esperanza que sólo puede encontrarse en nuestro Salvador. La curación que sólo puede venir de Dios.

Y la curación física se está produciendo. Nadeem puede caminar unos pasos cada vez y está en camino de recuperarse. Una vez totalmente recuperado, se ha comprometido a venir a la iglesia por su cuenta. Pero por ahora, el pastor Anthony le alquila fielmente una moto para que le lleve a la iglesia todos los domingos que puede. Su objetivo es tener su propia moto para servir aún más a su comunidad.

El acto de amor y servicio de este hombre se ha convertido en la comidilla de la comunidad. La voluntad del pastor Anthony de servir a la gente que le rodea sigue demostrando el amor de Dios. Y esta demostración de amor ha abierto incluso los corazones de otros musulmanes de la comunidad, creando una apertura para escuchar ahora la Palabra. Aunque sabemos que los matrimonios pueden sufrir y romperse bajo el estrés de la enfermedad, la relación de Dios con nosotros sólo puede fortalecerse si estamos dispuestos a responder a Su llamada para amar a quienes nos rodean.