Por primera vez, ¡un equipo de brasileros dirige un Viaje GO en su propio país! Un grupo de 28 misioneros fueron formados y enviados a las islas de la Bahía de Camamu. Y las historias que surgieron de este viaje de una semana demuestran el poder del Espíritu Santo obrando a través de sus siervos en Brasil. El representante en el país, Murilo, escribió sobre uno de los días de alcance en el que fueron testigos de una transformación espiritual masiva.
"Pasamos el día en Ilha Grande, la mayor de las cinco islas. Allí se encontraban también nuestro hotel y la principal iglesia asociada. Comenzamos la mañana con un desayuno casero y un devocional inspirador sobre Lucas 8. Rezamos para que la Palabra de Dios fuera escuchada. Rezamos para que la Palabra de Dios se escuchara claramente y produjera una gran cosecha.
Nos dividimos en dos grupos más pequeños de 14 personas, asegurándonos de que las personas que se sentían menos cómodas formaran equipo con miembros que ya habían participado antes en algunos viajes de divulgación como éste. En primer lugar, montamos nuestro consultorio médico/dentista portátil. Esa mañana atendimos a unas diez personas, tanto médica como espiritualmente. La otra mitad de nuestro grupo salió a evangelizar puerta por puerta, visitando docenas de casas de la isla. Pasamos la mañana compartiendo el evangelio, repartiendo revistas Esperança (Esperanza) e invitando a la gente a una tarde de actividades organizadas para los niños y al servicio vespertino en la iglesia.
Hubo un hombre llamado Milas que dejó una impresión duradera en mi corazón. Milas era un hombre fuerte de unos veinte años. Estaba trabajando en su jardín cuando nos acercamos a su casa. De forma muy acogedora, Milas abrió la puerta para hablar con nosotros. En ese mismo momento, su madre y su tía se acercaron para escuchar. Mientras hojeábamos las páginas de la revista Esperança (Esperanza) y explicábamos por qué estábamos allí, me di cuenta de lo emocionado que estaba Milas. Acabamos teniendo una conversación muy larga. Hacia el final de nuestro tiempo juntos, uno de los miembros de mi equipo le preguntó si le gustaría aceptar a Jesús como su Salvador personal. Milas contestó rápidamente: "Me gustaría". Curiosamente, su madre y su tía dijeron que necesitaban pensárselo más, pero Milas, la más joven de ellas, se apresuró a decir "sí" y a rezar con nosotros, pidiendo a Jesús en su corazón."
Por favor, seguid orando por el país de Brasil. Se están produciendo buenos cambios en el nombre de Jesús y los fieles seguidores de Cristo están cada vez más motivados para evangelizar. Por favor, rezad específicamente por el nuevo amigo de Murilo, Milas. Mientras él cuida de sus jardines, que las semillas espirituales plantadas ese día se rieguen gracias al apoyo de la iglesia local.
