El líder de GO Trip, Les, sobresalía por encima de una bulliciosa multitud de niños peruanos de primaria que hacían cola para asistir a sus clases matinales. Su evidente condición de extranjero intrigaba a los niños. Mientras los observaba en silencio interactuar, el corazón de Les latía de emoción al recordar los días en que solía corretear juguetonamente por el recinto escolar con sus compañeros de clase.

Dos niños, que estaban especialmente ansiosos por hablar con los visitantes canadienses, se acercaron con entusiasmo. Tras unas cuantas bromas para romper el hielo, Les empezó a contarles una historia: el relato de la Salvación. Quedó claro que, de repente, los chicos tenían prisa por entrar en el edificio de la escuela y su nivel de interés en la conversación espiritual parecía mínimo. En respuesta a su inquietud, Les les pidió amablemente que esperaran pacientemente unos minutos más, ¡para escuchar el final de la asombrosa historia de Dios! Para sorpresa de Les, los chicos empezaron a escuchar con más atención. Al final, ¡los dos pidieron recibir a Jesús como su Salvador! Más tarde, ese mismo día, volvieron esas mismas caras sonrientes... ¡esta vez con cinco amigos más! Los chicos expresaron con alegría que querían que sus compañeros de clase también oyeran la Buena Nueva de Jesús.