TRASFONDO

Haití es el país más pobre del hemisferio occidental y está plagado de actividad demoníaca, clima devastador y corrupción política. Aunque casi todos los haitianos se identificarían como cristianos, 3 de cada 4 creyentes también practican el vudú y otras formas de espiritualidad no bíblica. Una larga historia de espiritismo y brujería de África Occidental se ha infiltrado en las creencias cristianas ortodoxas, pero los haitianos no tienen los recursos necesarios para separar la verdad de las mentiras.

La pobreza física de Haití es equiparable a su pobreza bíblica. Hay una necesidad desesperada de Escrituras en el país. La gente es demasiado pobre para comprar sus propias Biblias. Las familias se enfrentan a menudo a pagar el salario de una semana por una Biblia o poner comida en la mesa para su familia. Pero la única forma de que la gente pueda hacer frente al vudú omnipresente es que esté firmemente cimentada en la Palabra de Dios y conectada a una iglesia local.