TRASFONDO

En el este de Ucrania se libra desde hace cuatro años una guerra olvidada que ha matado a miles de personas y desplazado a más de 1.5 millones. Las familias luchan por encontrar lo estrictamente necesario y dependen de las comunidades que les abrieron sus puertas. La guerra tiene muchas formas de paralizar a las personas, tanto jóvenes como mayores. Algunos pierden a sus seres queridos. Otros tienen que huir y empezar una vida de refugiados sin nada que les pertenezca. A otros les afecta psicológica y emocionalmente, y muchos se convierten en adictos en su intento de hacer frente a lo que han visto o experimentado.

La región ha sido considerada durante mucho tiempo el "Cinturón de la Biblia" de la esfera soviética por su larga historia de cristianismo. Aunque los creyentes sufrieron mucho bajo el régimen comunista hasta hace dos décadas y, como consecuencia, el cristianismo ha permanecido latente en los últimos años, la iglesia local está en la cúspide de un despertar. Se están plantando semillas de esperanza en la tierra fértil de Ucrania; cuando den fruto, nada seguirá igual. La iglesia está preparada para influir en todas las esferas de la sociedad, y la gente necesita desesperadamente la esperanza y la paz del evangelio en medio de sus circunstancias desgarradas por la guerra. Lo único que necesitan es que se les despierte de su letargo.