Una noche en el campamento
Una noche en el campamento

Yo, Alexandra, emigré de Rusia a Canadá en 1998. En ese entonces, mi familia era un hogar de ingresos limitados. Como teníamos pocos ingresos, alguien nos recomendó el Campamento Cristiano Misión Scott, un campamento nocturno para niños cuyas familias no podían permitirse enviar a sus hijos de otro modo. Nos inscribimos con ilusión en este campamento cristiano, pero aparte de las pocas cosas que había aprendido en la escuela rusa, sabía muy poco sobre Jesús.

Desgraciadamente, pasé dos días muy malos en el campamento. No conseguí hacer ningún amigo, lo cual no era habitual en mí, estaba acostumbrado a ser el "cabecilla" en todas mis clases. Con 13 años, era la más joven de mi cabaña, y conectar con las chicas mayores me parecía imposible.

Aquella tarde, alguien vino a compartir un ejemplar de la Palabra de Dios con cada uno de los campistas. Yo recibí un Nuevo Testamento con Salmos y Proverbios. Recuerdo que aquella noche estaba sentada sola, llorando porque me sentía muy sola. Pero también me gustaba mucho leer. Así que abrí mi nueva Biblia y empecé a hojear sus pequeñas páginas.

Al hojear el anverso de la pequeña Escritura, me di cuenta de que contenía una lista de temas con pasajes sugeridos. La categoría que me surgió de forma natural fue "cuando los amigos fallan". La sugerencia me dirigió a Lucas 17:3-4, que habla de perdonar a los que pecan contra ti. Me sorprendió lo mucho que resonaban en mí aquellas palabras.

Al día siguiente, cuando asistí a la capilla matutina, todas las canciones cobraron sentido de repente. Ahora comprendía que estaban dirigidas a Dios y quería conocerle más. Había disfrutado escuchando a los líderes de la alabanza el día anterior, pero hoy sentí como si Jesús formara parte de ella.

Tras los cantos, un orador compartió con nosotros un pasaje -Romanos 12- en el que nos instaba a entregar nuestros cuerpos como sacrificios sagrados al Señor. En ese mismo momento, supe que quería entregar mi vida a Dios como un acto de adoración. No entendía muy bien lo que eso implicaba, pero recuerdo que corría hacia mis asesores diciendo: "¡Quiero saber más! ¿Qué significa esto?". Uno de ellos dijo: "¡Alexandra, tienes el Espíritu Santo en ti!". Ni siquiera sabía lo que eso significaba, pero era tan emocionante.

Después volví a mi cabaña. Y mientras paseaba por el camping, tuve una innegable sensación de asombro acerca de quién era Dios. Sentí como si hubiera una bola de fuego blanco a mi alrededor y todo brillara. Jesús estaba allí.

Después de aquella semana en el campamento, no podía dejar de hablar de Jesús. Quería contarle a todo el mundo las verdades que había descubierto. Llevaba mi pequeño Nuevo Testamento en el bolsillo a todas partes. Los amigos acudían a mí en momentos de problemas con los chicos, depresión u otros traumas emocionales. Yo simplemente sacaba mi Biblia y les decía: "Chicos, echemos un vistazo a este libro, ¡tiene un montón de cosas estupendas!". Me limitaba a leérselo, explicándoles que no tenemos por qué estar ansiosos y que podemos encontrar la verdadera alegría en Jesús. Durante todo ese año, sólo leí la Palabra... me sumergí en el mensaje y lo apliqué a mi vida cotidiana.

Hasta el día de hoy, tengo una profunda hambre de la verdad de Dios. Asisto a una iglesia en la que la Biblia ocupa un lugar central en la forma de vivir de la gente. ¡Sigo tan enamorada del Señor!

—Alexandra (parafraseada)

¿estás preparado para DAR?

Dona ahora

Más historias de impacto

William: El legado de Gedeón...

A sus 96 años, ¡William ha sido miembro activo de los Gedeones en Canadá durante 68 años! Bill ha pa...

LEER MÁS

Salvación en las calles de Ken...

Se animó a los 35 pastores de Nairobi que asistieron a nuestra sesión de formación en evangelismo so...

LEER MÁS

Alcanzando Edmonton...

Después de la parte de formación del Evento de Evangelización Ignite en Edmonton, nos dividimos en e...

LEER MÁS

¿Tienes una historia que compartir? ¡Nos encantaría oírla!

 

Comparte tu historia

Contactar


Correo electrónico:
info@sharewordglobal.com
Teléfono gratuito: 1.888.831.1893

Horario de oficina: Lunes-viernes
9:00am-4:30pm ET

 

Información de contacto completa

Financiera